Recuerdo uno de los primeros días de clase en la Facultad en el que el profesor nos pidió que cerrásemos los ojos y visualizáramos una marca en concreto. Al abrirlos, aproximadamente el 80% de la clase vió en la realidad aquella marca en la que había pensado: una lata de Coca Cola.
Es curioso cómo funciona la mente y cómo las marcas influyen en las decisiones de compra. Ya hay personas que estudian esto, pero sólo quería hacer esta reflexión para enlazarla con lo siguiente:
Si tuvieras que elegir entre una empresa que se adapta a la sociedad o incluso que crea tendencias y otra que se queda anclada en el pasado o le cuesta mover ficha, ¿con cuál te quedarías en principio?
Ya sé que el ser una empresa consolidada no tiene porqué significar estancamiento o burocracia (que dificulta los cambios), pero muchas veces las empresas jóvenes, con ideas buenas, al no beneficiarse del valor que le aporta su marca (recién nacida), es sutituida por otra más consolidada pero mucho más estática...
Sobre todo entonces la comunicación juega un papel fundamental.
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