No te voy a mentir: a mi también me han dado muchas ganas de twittear con un breve comentario (incluyendo un juicio de valor) sobre la actuación del Dircom del Ministerio de Trabajo e Inmigración y un enlace de lo sucedido. Seguro que sabes de lo que te hablo porque numerosos comunicadores que ya se han hecho eco de la noticia: 192 resultados en Google. Algunos como: Expansión, 20 Minutos, ABC, La Vanguardia, El Periodico de Catalunya, La Voz de Galicia, El Plural, Soitu, Periodista Digital o PR Noticias. Las críticas han llegado incluso a Facebook, donde se pide su cese como dircom.
Tengo la sensación de que al final pasa lo de siempre: es más fácil copiar y pegar, ayudando a difundir ruido sobre cualquier sucedido, que detenerse a pensar y analizar la situación y las repercusiones que puede tener una acción de comunicación. Qué fácil es apuntar con el dedo las equivocaciones de los demás. Pero recuerda que mañana puedes ser tú el que esté en el punto de mira.
No estoy defendiendo su actuación porque no me pareció justa, pero tampoco creo que se esté haciendo justicia con él. Ahora que todos tenemos estas capacidades de comunicación (y por tanto de influencia), deberíamos de pararnos a pensar en las consecuencias que puede tener lo que publicamos. En definitiva, un poco de responsabilidad social comunicativa.
