
¿Qué pasaría si de pronto hubiera un problema en la red y todos nos quedáramos de pronto sin Internet? Algo parecido ocurrió hace unos días, según acabo de leer en El Secreto de las pymes que crecen.
Y esto me ha hecho pensar en cómo nuestro comportamiento está cambiando, no sólo en el ámbito profesional sino también en el personal. Internet, las redes sociales, 2.0, etc. son medios que las personas utilizamos para comunicarnos con los demás, pero no debemos abandonar encuentros in situ, cara a cara.
Así como Facebook y otras redes ayudan a que estemos al tanto de las novedades de la vida de los amigos, pero al mismo tiempo no deberían sustituir una quedada para un café, otras herramientas en el terreno profesional como las videoconferencias, no deberían sustituir las reuniones presenciales (en la medida de lo posible).
La tecnología ayuda a acercar a las personas porque facilita una comunicación inmediata, pero conlleva ciertos inconvenientes: el que más me preocupa es la pérdida de trato personal, más cercano, donde se perciben formas de expresión no verbales tan importantes a veces...